Tezuka funde al azúcar a 90°C y forma una bola de azúcar con un palito, similar a un chupachups, tiene unos 5 minutos para trabajar antes de que se solidifique, así que empieza a tirar con maestría del caramelo mientras es moldeable y consigue todo tipo de dulces figurillas; ranas, peces, ositos... que termina pintándolos con algún colorante comestible.
Aunque ¿quién se va a comer una obra de arte así? No sólo por la belleza, si no por la cantidad de calorías que nos meteríamos en el cuerpo ;). Si vais bien de nivel de japonés podéis visitar su web donde organiza talleres y vende sus obras...creo.
Vía: Dornob
Lo que otros han dicho de este post
Pues a mi me parece que: